martes, 22 de enero de 2013

Mis Sombreros Versus Carpeta


Hace ya casi un año, hice estos sombreros de nena, y como en todas las técnicas, no siempre resultan exactos los esquemas, y el tejer y destejer es increíble como fortalece la paciencia e indica en este caso,  si  realmente a uno le agrada tejer, lo que me costó más, fue la terminación del ala del sombrero, pero al final lo hice, para mi es una gran satisfacción.
Como me ha sido difícil encontrar un lugar en donde me enseñen a tejer las prendas que yo quiero hacer, opté por ayudarme con Internet, hay cosas que me han resultado y otras no, pero sigo intentándolo.
Asistí a varios lugares donde ofrecían cursos, y ninguno resultó. 
Como anécdota, recuerdo que en uno de esos lugares, la monitora me preguntó que quería yo tejer,  y le pasé el esquema del bolero, que está en este Blog, y que bajé de Internet,  y me dijo: -la verdad es que no logro entender lo que dice-, a lo que contesté, es que es un esquema japonés.
Fue divertido, porque esta persona era corta de vista y no le gustaba usar lentes ópticos. Aclaro que no es divertido que tenga problemas con su vista, sino que he visto a mucha gente que pasa  estos bochornos, por no usar lentes.
Luego en otro curso, tuve que tejer una carpeta, y el esquema decía  cierta cantidad de hilo, y resultó que ocupe como tres veces el hilo indicado, no me agrada mucho hacer carpetas, pero para ser principiante en esta técnica, me gustó como quedó, luego de equivocarme y desarmarlo muuuchas veces, pero no creo que haga otra:



Cada punto va entrelazando una historia, el diseño no es solo un gráfico, es un esquema de sentimientos, recuerdos o añoranzas del momento en que tejemos, esperanzas que quedan enredadas en las hebras del tejido.
Benditas las manos que nos permiten convertir en realidad nuestros sueños.

jueves, 17 de enero de 2013

Panchita


Dicen que los perros son perros y los gatos son gatos, pero ella era mi niña Panchita, hermosa, aventurera, me seguía donde fuera, todos la amábamos, en el invierno pasaba de regazo en regazo alrededor de la estufa, nos dejó sus marcas en los sillones, pero era nuestra regalona, pese a todos los esfuerzos, se nos fue  y nos dejó el vacío de su ausencia.